EL APOYO DERECHISTA
AL CASTROCHAVISMO VENEZOLANO EN LA GRAN PURGA.
Por Iván Oré Ch.
Una vez que se consolida la dictadura Castrochavista en Venezuela el
siguiente paso es la depuración de los disconformes. Un país que no puede
generar sus propios recursos necesita sacarlos del exterior o auto consumirse.
En el caso de Venezuela los fidelistas al régimen se quedan en el país a
saquear los bienes dejados por los que fugan del país ante la crisis; por otro lado,
en el exterior las bandas delictivas ya han entrado con la permisión que los
dizques países democráticos muestran frente a la inmigración ilegal. El
patrimonio de la población desprotegida de los países democráticos proporciona una
fuente de recursos vulnerable a ser saqueada por las bandas criminales que
ingresan con la venia premeditada de los gobiernos “democráticos” desangrando a
los pequeños y medianos comercios, dejando curiosamente intactos los grandes
negocios y bienes de la oligarquía peruana. Debemos tener en cuenta en que fue
el presidente PPK, un socio del Club Nacional el que inició a la entrada masiva
de venezolanos sin necesidad de presentar antecedentes penales, mientras su
sucesor el dictador Vizcarra extendió esta permisión a las demás nacionalidades
extranjeras. Los gobiernos democráticos del Grupo de Lima, resultaron trabajar
en pared con los regímenes castrochavistas, pues bajo la fingida fachada del humanitarismo
migratorio, dejaron ingresar deliberadamente millares de delincuentes que se
dedicaron a extorsionar, saltar, robar y asesinar mujeres y niños nacionales; con
este objetivo los países “democráticos” distrajeron al pueblo derivándolo inevitablemente
en la zozobra, lo que facilitó el aumento de la corrupción gubernamental. El
castrochavismo madurista hubiera caído si las fronteras se hubieran cerrado,
pero eso no convenía a las corruptas democracias del Grupo de Lima que, en vez
de ser antagonistas al castrochavismo comunista, mas bien son su complemento.
La purga que se viene implica violaciones de derechos humanos, lo que la
izquierda intelectual llama “violencia estructural”, solo que evita implicarlo
para este caso tan evidenciador. La purga postelectoral sirve para identificar
a los disidentes y tibios del régimen corrupto castrochavista, y para dar
regulaciones a una nueva fase del saqueo interno. Si antes el vecino que se
quedaba en el país, saqueaba al vecino ausente ante la vista distraída del
oficial del régimen; ahora que ese modelo de saqueo se encuentra agotado, será
el madurista de a pie quien vaya contra los “conspiradores” mediante “acciones
populares”, es decir la denuncia civil ante los jerarcas del régimen contra los
tibios u opositores locales. Por lo que una vez más el derechista Grupo de
Lima, que falsamente se muestra antagónico a los izquierdistas del Foro de Sao
Paulo y Grupo de Puebla, va a decretar la retirada de embajadores de Venezuela,
no por “principios democráticos” sino para evitar la presencia de testigos de
la nueva purga castrochavista, por lo que dichas embajadas serán gestionadas
por la izquierda brasileña en el poder.
Las palabras del triunfo del sefardí Nicolas Maduro Moros son muy obvias: “salimos
victoriosos, una vez más salimos victoriosos, los vamos a descubrir y a capturar
y nosotros de esta salimos... cómo están las fuerzas populares en Caracas… la
mayor unión de las fuerzas populares ... mandar un aplauso a los motorizados y
motorizadas de la paz… los caballos de hierro de la paz... que vivan los motorizados...
a partir de hoy y todos los días que están por venir, hasta que restituyamos la
paz donde la perturbaron, hasta que consolidemos
la paz, hay 2 acciones que hay que hacer: uno, que se cumpla la orden que he
dado el día de hoy en el Consejo de Seguridad de la Nación, que se haga patrullaje
militar y policial en todas las ciudades de Venezuela, patrullaje conjunto; y
dos, pueblo movilizado en la calle todos los días, enfrentamos un ataque masivo
criminal, delincuentes, casi el 70 % de los más de mil delincuentes detenidos
en el país estaban drogados, estaban armados, y han declarado que formaban parte
de un plan de la ultraderecha del grupo
Vente Venezuela y la terrorista María Machado”.
El mundo orwelliano en su expresión más ordinaria se está viviendo en la Venezuela
Castrochavista. Las fuerzas populares son bandas criminales reclutadas por el régimen
como contingentes paramilitares. El patrullaje es el rastrillaje de los
opositores, tibios y rivales locales de los celadores al servicio de la cúpula cívico
militar. Y respecto a los delincuentes delatores, ya son conocidas los
testimonios falsos para hundir opositores al mejor estilo pretoriano del mundo
de 1984.