domingo, 1 de septiembre de 2024

ANALIZANDO EL INFORME SOBRE LA DEMOCRACIA 2024

Por IVÁN ORÉ CH. Abogado UNMSM. Primer lugar PREMIO VII Taller sobre investigación jurídica convocado por la Facultad de Derecho y CCPP UNMSM. PREMIO II concurso de artículos de investigación jurídica año convocado por el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial. PREMIO I Concurso nacional de investigación JURÍDICA. III Convención Nacional de Derecho Constitucional (CONADEC).

 

El “INFORME SOBRE LA DEMOCRACIA 2024. La democracia gana y pierde en las urnas” publicado por el Instituto V-Dem, nos habla sobre los países que están en proceso de autocratización y de democratización en el año 2023. En este articulo efectúo un análisis de este informe en base a las constituciones fácticas de estos países que se han ido desarrollando a los largos de sus respectivos procesos históricos socio-políticos. El informe nos habla de la autocracia cerrada (cúpula cívico-militar dictatoriales), la autocracia electoral (diversas cupulas políticas en contubernio), la democracia liberal (elecciones regulares con derechos civiles igualitarios), la democracia electoral (multipartidismo con libertad de expresión ante un gobierno con contrapesos deficientes de control y fiscalización), y la “zona gris” de transición tambaleante de un lado a otro.

 


PERÚ.

Uno de estos países en proceso de autocratización es justamente el Perú, el cual se encuentra en un proceso regresivo partiendo desde la situación de una democracia electoral. Se imputa esta situación al menoscabo de la libertad de expresión y la represión de la sociedad civil. Aunque el informe no profundiza en este punto, es de acotar que esta situación es la consecuencia de las reformas constitucionales que el mismo pueblo aprobó a solicitud de un referéndum irregular convocado por el dictador Vizcarra en el año 2018, esos plebiscitos convocados por las personas en el poder no son iniciativas que nazcan desde la propia ciudadanía, pues derivan del autócrata de turno, por lo tanto sus resultados terminan siendo favorables al dictador convocante y tal sucedió en Perú, dónde el resultado del referéndum implicó restricciones de los ejercicios de ciudadanía votados por los propios ciudadanos bajo la sensación de la lucha contra la corrupción, pero que en verdad implicó la pérdida de responsabilidades como una forma de reducir el peso de las obligaciones ciudadanas tanto individual como asociativamente. Este proceso de autocratización se está viendo acelerada por el autogolpe de Estado efímero dado el 2022 por el gobierno comunista, que aunque frustrado, desato brotes terroristas de apoyo golpista que restringieron las libertades civiles de los ciudadanos y generaron como respuesta la emisión de decretos instaurando diversos estados de excepción focalizados para someter los polos de economía ilegal (trata de personas, minería y tala clandestinas, narco-cultivos agrícolas) que habían apoyado el golpe.

 

MÉXICO.

Otro país que está en proceso de autocratización es México, un país grande “con grandes poblaciones y grandes economías”, que ha retrocedido significativamente en su democracia. México ya autocratizado siguió deteriorándose aún más, reflejándose esto en el menoscabo de la participación ciudadana y el autoritarismo del gobierno al actuar con poco “nivel de respeto por los contraargumentos”. La autocracia electoral se manifiesta en la identidad de procesos tanto sucesión partidaria como la presidencial: “El presidente Obrador ahora es acusado de intentar manipular el sistema a favor de su sucesora Claudia Sheinbaum. Grandes multitudes están acudiendo a protestar y proteger la independencia de la autoridad electoral”. En países como México, la campaña pre-electoral consiste en las demostraciones de poder de las mafias regionales en respaldo de sus cúpulas electorales: “En algunos países, como El Salvador y México, la estrategia para combatir la violencia ha sido la implementación de medidas de mano dura y la adopción de estados de excepción. Sin embargo, la experiencia en estos países muestra que estas medidas, si son mal implementadas, pueden derivar en una escalada en acciones autoritarias por parte del ejecutivo, y constituir así un punto de partida hacia el deterioro de la democracia”. La diferencia consiste en que mientras México representa un modelo simbiótico entre la nomenklatura y las bandas criminales; el gobierno de El Salvador encarna la erradicación de las pandillas. La autocracia mexicana se ha expresado en la instauración de facto de la ley marcial: “La militarización en México ha alcanzado sus niveles máximos durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024)”. La victoria de los regímenes de izquierda en este país ha acelerado el proceso, estos son propensos a aplicar la agenda 2030 con mayor agresividad, más que otros países la reelección de la corriente sionista de la izquierda mexicana acentúa este proceso de autocratización. México tiene un historial autoritario. En el año 1822, el Congreso proclama emperador a Iturbide, coronándolo como Agustín I, acto seguido, Iturbide disuelve el Congreso y lo reemplaza por una Junta Instituyente. En 1853 el general Santa Anna retorna derrotado de la guerra con Estados Unidos, siendo elevado a la dictadura con el título de Alteza Serenísima. En 1864, una junta de notables aprueba la monarquía designando al archiduque austriaco Maximiliano de Habsburgo como emperador de México. En 1876, el general Porfirio Diaz asume la Presidencia ejerciendo la dictadura por el espacio de 35 años.

 

VENEZUELA.

Venezuela es un país comparativamente más pequeño en términos de población cuya diáspora no registrada resulta más preocupante. Su cúpula castrochavista civico militar socava cada vez más las elecciones democráticas con procesos electorales cada vez menos libres y justas, donde la figura del autócrata queda firmemente institucionalizada de facto y de iure. Países que se encuentran en la órbita del castrochavismo tales como Venezuela han quedado sin ninguna modificación por lo mismo que su autocratización ya ha culminado en una verdadera dictadura totalitaria de corte comunista, qué ha provocado el Estado fallido de Venezuela, es por eso que no ha habido ningún avance más a la autocratización, una vez que en un estado fallido lo que sigue no es más tiranía sino la disgregación bajo la forma de un absolutismo o monarquismo anárquico.

 

NICARAGUA.

Nicaragua es un país territorial y poblacionalmente pequeño regido por una fuerte autocracia que ejerce presión sobre la prensa “donde el sesgo de los medios es cada vez más común y socava las instituciones democráticas”. Esta autocracia se origina en un proceso fallido de democratización ya colapsado. El régimen comunista ha instalado en la administración pública un ejército de oficiales comisarios al servicio de la voluntad del autócrata en el poder. Como consecuencia de ello la administración pública se vuelve imparcial, favoreciendo los intereses personales y políticos de la cúpula familiar del dictador mientras abandona la supervisión ejecutiva de los servicios públicos deteriorando el nivel de vida de los ciudadanos sujetos al núcleo del poder.

La autocratización radical de Nicaragua es prolongado y solitario. Su extremismo que no es otra cosa que la fiel implantación del comunismo más puro ha logrado el rechazo de los demás regímenes de izquierda en la región debido a su crudeza expuesta sin ningún tipo de retoques. El cambio brusco al nuevo régimen se dio el 2007 con la llegada al poder debido a un contubernio de cupulas a favor del grupo comunista terrorista llamado Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) dirigido por su caudillo Daniel Ortega. El proceso electoral perdió garantías y se pasó a la reelección presidencial indefinida, con la desaparición de partidos de oposición al régimen, que instauró una censura mediática, persecución de la iglesia y de todo aquel que denuncie la violación sistemática de los derechos humanos cometida por el régimen comunista que ha colocado a Nicaragua en el mismo nivel que el régimen talibán fundamentalista islámico de Afganistán. El pueblo nicaragüense se encuentra sujeto al bombardeo desinformativo, la “prensa alternativa”, promovido por la dictadura comunista al más crudo estilo orweliano. Esta dictadura comunista ha sometido al pueblo con tal de aliarse junto a las élites globalistas para la extracción de los recursos de su pequeño territorio, acallando todo cuestionamiento a estos negociados.

El ciclo republicano nicaragüense inicia al principiar el siglo XIX, cuando pierde la décima parte de su territorio en su extremo sur Pacifico, reduciéndose a una extensión más depredable e instalando su capital en Managua, ciudad que actualmente concentra más de un millón de habitantes, sucediendo que las 9 ciudades restantes más pobladas, 5 no exceden de 150 mil habitantes. Este escenario unido a las luchas y alianzas bipartidistas, da lugar a la aparición de un tercer jugador muchas veces foráneos, así se puede explicar la toma del país por el aventurero William Walker en 1855 relacionado a los intereses oligárquicos estadounidenses de los Vanderbilt, también el bloqueo portuario alemán de 1875 una vez proclamado el 2do Reich de los Hohenzollern que da inicio a la política colonial de ultramar, el bloqueo británico de 1895, la ocupación militar estadounidense de1912-1933, la auto sucesión presidencial de 1954, la dictadura pro-estadounidense de la familia Somoza (1951-1979), seguido por el conflicto bipartidista entre la oligarquía pro estadounidense personificada por los Chamorro, enfrentados a la izquierda terrorista del FSLN (1979-2007), desembocando en la dictadura comunista de Daniel Ortega de carácter-pro globalista.

 

EL SALVADOR

El Salvador pasó por un proceso democratizante desde 1992 hasta que este proceso mal llevado llevó a la sociedad fallida dominada por las bandas criminales, teniendo por reacción una tendencia hacia la autocratización desde el año 2018 consolidándose ya para el año 2023 bajo el mando del presidente Bukele. La maquinaria “libertaria” quedó asociada a las bandas criminales que incluía una simbiosis tanto con elementos de derecha como izquierda representados por actores civiles bajo la fachada de periodistas, jueces, académicos y defensores de los derechos humanos.

De sus 6 millones solo 2 millones y medio viven en ciudades teniendo su ciudad capital, El Salvador, 300 mil habitantes, no pasando 10 de sus 20 ciudades más pobladas, de los 100 mil habitantes, la mayoría vive esparcida en villas, aldeas y pueblos, las cuales estuvieron sometidas a la tiranía de un sistema de bandas criminales al servicio del bipartidismo de turno, proceso facilitado por la democratización de la falta de intervencionismo estatal.

La reacción no se hizo esperar al crear una autocracia para hacer frente al poder de las bandas, cuyas medidas han sido el menoscabo de las funciones judiciales, la permisión de la reelección a pesar de la prohibición constitucional lo cual dio el triunfo aplastante de Bukele el 2024. Las ciudades de este país tienen unas de las tasas de homicidios más altas del mundo a la par de México. Esto ha provocado el apoyo popular al combate contra la violencia Mara, una política de estados de excepción expresado en la militarización de la seguridad pública interna bajo el plan “mano dura” (2003), Súper Mano Dura (2004-2009), llevados por la derecha, proseguido por el “Enfrentamiento Directo” (2014-2019) del bando izquierdista exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), todos sin resultados contra la delincuencia, dando la impresión que más que una lucha contra el hampa, fuera la erradicación o absorción de las facciones del bando rival.

Bukele entra al poder el año 2019, esquivando todos los obstáculos institucionales del sistema bipartito en el poder, su gobierno si logra tener resultados contra la delincuencia, lo cual, aunque positivo, puede implementar una estructura de poder autoritario que derive en un andamiaje difícil de desmantelar en un futuro próximo a pesar de haberse extirpado el problema que lo ocasionó. Para 2023 habían 75 mil encarcelados en la guerra contra las pandillas, es decir que por cada 100 personas hay dos Maras en prisión, lo cual da a entender como la economía ilegal de la violencia era significativa en el país, tanto para atraer la codicia de las cúpulas del sistema bipartito finiquitado por Bukele. El juicio masivo contra los Mara Salvatrucha abarca más de 37 mil delitos imputados a 500 líderes de bandas.

La autocracia de Bukele, puede reconfigurarse en un sistema atrayente para la acentuación del régimen económico de maquilas de las transaccionales corporatocráticas de la elite global, al generar un aparato de control político de extrema eficiencia tanto para controlar la población carcelaria como libre. Una variante mesoamericana del régimen indonesio.

 

GUAYANA

Un país en proceso autocrático sería la Guayana, país fronterizo con Venezuela este proceso se justificaría por los intentos del castrochavismo venezolano de enfrentarse bélicamente con dicho país para sustraer sus recursos la lucha contra un enemigo amenazante del exterior también provoca la autocratización, mientras en El Salvador la lucha contra la violencia interna de las bandas criminales provocó una autocratización fuerte. El castrochavismo cuando ha terminado de saquear su país prosigue saqueando otros países; a eso se debe el intento bélico expansionista de Venezuela a costa de Guyana y también la irrupción en la crisis peruana por el golpe de Estado comunista efímero de Pedro castillo de contingentes bolivianos de izquierda bajo la figura de los “ponchos rojos” y el hecho de la minería ilegal peruana que financia el régimen castrochavista de Bolivia.

 

EL SAHEL

En el África los procesos de autocratización leve y fuerte aparecen en los países del Sahel, zona que se encuentra bajo las ayudas humanitarias de las de las potencias occidentales que les acuñan sus monedas, ofrecen ayuda militar contra el fundamentalismo islámico que aunado con su filantropía frenan el descontento popular a cambio de la obediencia, sumisión y recursos que deben rendirles los gobiernos de turno, independientemente del régimen que impere. Este régimen se acentúo desde la sequía de 1973 que duro tres años originando más de 80 mil refugiados albergados en 33 campos.

En el Níger el régimen militar instalado en reacción al terrorismo islámico ha significado una ruptura con el sistema neocolonial de la política exterior de “conteiners llenos” para satisfacer las necesidades del mundo progre europeo. Esta ola descolonizadora se ha extendido a los demás países del Sahel como Malí, quien después de recibir “intervenciones militares” para la lucha contra el terrorismo islámico, y “asistencia extranjera para el mantenimiento de la paz” conteniendo a los afectados climáticos, dio el giro rompiendo con este sistema neocolonial con el golpe militar del 2020, ingresando la región en la órbita rusa.

 

LIBIA.

Otro país sería Libia que se encuentra en el Mediterráneo central africano este país fue invadido por una coalición de potencias occidentales liderada por los Estados Unidos fue arrasado al nivel de un estado fallido y dividido en varias jefaturas que pugnan por el control del país entero lo cual ha aumentado la autocracia de la zona.

La monarquía instalada en 1951 es sustituida por la dictadura de Gaddafi en 1969, quien se aúna con Siria e interviene en el Chad, siendo replegado por los Estados Unidos, culminado en su derrocamiento el 2011, derivando en una guerra civil permanente sustentada por milicias que han dado lugar a autocracias cerradas. De esta manera la amenaza sufrida por la Unión Europa ante esta “nueva Cartago” que promovía el proyecto del dinar de oro respaldado por el petróleo libio competir frente al dólar estadounidense ha sido neutralizada.

 

POLONIA Y HUNGRIA.

Otros países serían Polonia y Hungría, los cuales se encuentran en los límites del antiguo telón de acero y son la puerta de entrada a Europa en caso de un conflicto entra a Rusia y La Unión Europea eso ha ocasionado que su nivel de autocracia aumente la autocracia leve también se encuentra en los países de Bielorrusia Ucrania y Rumanía qué se encuentran entre estos dos primeros países y la Federación rusa. Estos son países post soviéticos que ante la proliferación del conflicto pueden volver a acentuar el germen autocrático bajo nuevas formas menos sovietizantes pero más autocráticas. La guerra entre Ucrania y Rusia es producto inmediato de la violación de los acuerdos de Minsk, lo que ha acelerado el proceso autocrático de los gobiernos de esta zona.

La democracia liberal polaca se ha autocratizado desde el 2015 con la merma de derechos civiles ocasionado por el partido de derecha Ley y Justicia, en abierta reacción a la camarilla anti-soberanista de la Unión Europea. En el 2023 la izquierda toma el poder mediante un gobierno de coalición imponiendo en el país las bases directrices de la dictadura de Bruselas.

El Estado húngaro era una democracia liberal en 2009 bajo las directrices totalitarias de la Unión Europea (ideología de género, ecologismo, multidiversidad migratoria) hasta la entrada al poder del partido nacionalista cristiano Fidesz en reacción a Brusellas, motivo por el que el Parlamento Europeo declaró a Hungría como un país sin una democracia en 2022. Casi un tercio de los miembros de este Parlamento se encuentra bajo la influencia de las elites globalistas. En el régimen soviético del telón de acero, Hungría instaura en 1947 una dictadura comunista, que en 1956 se levanta contra el estalinismo abandonando el Pacto de Varsovia, lo cual sería reprimido sangrientamente por Moscú, instalando un régimen títere, hasta que en 1971 se permiten otros partidos “no oficiales” en las elecciones. Un proceso parecido está padeciendo Hungría con la nueva versión de la URSS, llamado ahora Unión Europea cuya nomenklatura consiste en una minúscula camarilla que sirve de mesa de partes de la corporatocracia globalista ante un Parlamento nominal.

 

INDIA.

Otro país está viviendo el auto en proceso de automatización fuerte sería la India con sus 1,500 millones de habitantes. A diferencia de Estados Unidos, Venezuela y México; la India es un Estado federal tanto de facto como de iure, pues se estableció bajo la base de entidades políticas preexistentes. Además, está dividida en infinidad de castas y variantes de ramas religiosas que hacen necesario la autocracia para su gobernabilidad. Un solo gobierno, una sola ley, varios afectados y pocos beneficiados.

La tensión fronteriza con China es el mejor pretexto para prevenir la convulsión social que podría darse dentro del país. Es por eso que ante la secesión del Pakistán musulmán y el Bangladesh aunado al descubrimiento del fraude electoral, en el año 1975, un año después de volverse una potencia nuclear, Indira Ghandi proclama el estado de excepción de derechos civiles, persigue a la oposición y censura a la prensa. Estos niveles de democracia son los mismos que en el 2023, 50 años después, iniciando el segundo ciclo de autocratización que había tenuemente iniciado el 2008 con la asunción en la India del fundamentalismo Hindú, representado en el partido Bharatiya Janata (BJP) y personificado en su primer ministro Narendra Modi a la cabeza. La lista de actos de este totalitarismo es larga: represión de las redes sociales, acoso a periodistas críticos con el gobierno, ataques a la sociedad civil, intimidación. de la oposición de políticos, activistas y académicos, leyes sobre sedición, difamación y contraterrorismo para silenciar a los críticos. A esto se ha sumado la imposición de la moneda digital en favor del proyecto totalitario de las elites globalistas.

 

INDONESIA.

Otro país en un proceso de autocratización natural sería Indonesia, un territorio isleño con más de 200 millones de musulmanes, es el país con la población musulmana más numerosa del planeta, concentrando una enorme cantidad de maquilas, fábricas de las transnacionales, cuya población se encuentra regida por un duro régimen de derecha iniciado por el dictador Sukarno que ha sido sucedido por otro dictador derecha.

Sukarno inicia su régimen (1927-1967) en el año 1927 en el marco de las guerras de independencia del yugo colonial neerlandés, que se vio inmerso en la esfera del nuevo imperio japones (1942-1945) el cual, derrotado y expulsado, da lugar a la proclamación de la República unitarista ante la necesidad de controlar las insurrecciones que brotaban en las diversas islas del archipiélago. El sistema autocrático salió triunfante bajo la denominación oficial de una “democracia dirigida” que suplanto al régimen parlamentario por un directorio. En 1963 Sukarno sería nombrado presidente vitalicio ante la amenaza comunista afincada clandestinamente en las zonas rurales.

En 1967 Suharto reemplazaría a Sukarno como presidente, muriendo éste tres años después, en 1970. Su gobierno firma tratados limítrofes, invade la isla de Timor anexándola y provocan el movimiento secesionista del Timor Oriental que cobro un genocidio de 200 mil muertos (1975-1999) reduciendo la tercera parte de su población. Suharto renuncia en 1998 dejando un país socialmente convulsionado hasta el 2004, momento en que inician las políticas de liberación económica del FMI fortaleciendo el régimen de maquilas en beneficio de las transnacionales bajo el control de la elite global.  El presidente Joko Widodo (2014-2024) de tendencia pro estadounidense implantó un gobierno fuertemente islámico prohibiendo toda oposición ideológica alcanzando hasta las redes sociales, criminalizando los “discurso de odio” contra el islam, lo cual lo hizo muy popular. Desmantelo los mecanismos institucionales de control de los actos del ejecutivo. El 2024 fue elegido como presidente el magnate de familia oligárquica Prabowo Subianto, yerno del dictador Suharto y ejecutor del genocidio del Timor Oriental incluido el asesinato de niños, mujeres y ancianos cristianos de Kraras, un pueblo de esta isla que pasó a conocerse como “el pueblo de las viudas”. Para la privilegiada cúpula cívico militar de Indonesia el “islamismo es el opio del pueblo” con beneplácito de las elites globalistas dueñas de las maquilas trabajadas por mano de obra sobre explotada islámica.

 

FILIPINAS.

Respecto a Filipinas, para darnos una idea, este país concentra 3 veces más la población de un país como Perú y tiene por territorio tres veces menor. Este país se encuentra en un proceso de aumento poblacional para convertirse en una potencia media del sudeste asiático siguiendo los pasos de Indonesia. En Filipinas existen limitaciones para “decir la verdad al poder” el proyecto nacional filipino incluye esencialmente la autocratización.

El archipiélago filipino fue una colonia española conquistada por los Estados Unidos en 1898 quien le otorga la autonomía en 1935, dejándolo a mercede de la ocupación japonesa (1941-1945). Proclamándose después la Republica que debe afrontar la amenaza de las guerrillas comunistas e islamistas que son neutralizadas en 1954, entrando en la órbita estadounidense, que se vio fortalecida por la dictadura cleptocrática familiar de Ferdinand Marcos (1965-1986) que impuso la ley marcial, encarceló a la oposición, obtuvo poderes autoritarios casi vitalicios. El levantamiento de la ley marcial (1981) y la renuncia de los 14 jueces supremos oficialistas en 1982, marcaron el declive 4 años más tarde con la renuncia del dictador ante la convulsión social canalizada por la Revolución EDSA o Revolución Filipina Amarilla de 1986, liderada por Corazón Aquino, proveniente de una familia de la oligarquía terrateniente que esta entre las más ricas del país, su hijo Benigno Aquino gobernaría entre el 2010-al 2016, mientras Ferdinand Marcos y Romuáldez, hijo del dictador Marcos sería elegido presidente en el año 2022 siendo su vicepresidente Sara Duterte, hija del expresidente Rodrigo Duterte (2016-2022). El proyecto autocrático filipino de crecimiento poblacional e infraestructura energética para transformar el territorio en un gran archipiélago maquila que compita con Indonesia es capaz de reconciliar a los tirios con los troyanos.

 

CONCLUSION.

Los países más pequeños han aumentado sus niveles de democracia, los países más grandes se han autocratizado y los medianos han radicalizado su autocratización. Los polos de poder totalitario están acrecentándose cada vez con más recursos que aumentan un poder que se desbordará fuera de sus fronteras, amenazando las intermitentes fogatas de libertad.