sábado, 18 de marzo de 2023

 El “Cisne Verde” y la Post-Pandemia


Fecha: agosto 27, 2020
Autor/a: Paddy Maho
0 Comentarios
El “Cisne Verde” es otro de los objetivos de la ya mundialmente conocida Agenda 2030, son los efectos colaterales de la post pandemia, que golpeará a toda la sociedad con consecuencias como:

Aumento de la marginalidad
Pobreza
Mayor delincuencia
Un mayor número de personas quedarán en situación de vulnerabilidad disponiendo de menos recursos personales; dependientes del Estado como ya estamos viendo con la propuesta de la Renta Mínima Vital, una renta aprobada por el Gobierno Español dirigida a hogares que padecen pobreza extrema y se cifra en torno al 20% y, que no se concede a todo el mundo, dado que los requisitos para su alcance son elevados.
Para ello está el bien saber de “ni Dios, ni Estado ni patrón, sino autogestión”.

Esta táctica del Cisne Verde viene ya programada desde antes del año 2015, es la continuación del “Black Swan” (Cisne Negro).

Este “Black Swan”, inició con los atentados de falsa bandera del 11S, que supuso una restricción y aumento de control en los vuelos internacionales y nacionales, con revisión del equipaje privado, suponiendo esta medida una vulneración de un derecho fundamental reconocido en la Constitución. Y culminó con la crisis financiera de 2008 tras la caída del Lehman Brothers, caída que no fue casual sino causal, premeditado, ya que la banca estaba concediendo préstamos con un ratio de peligrosidad o exigencia inferior a los estándares estrictamente fijados por la misma normativa regulatoria financiera.

Te Puede Interesar: Atentado del 11/S: El Catalizador de las Guerras del Presente

Hecha la breve mención al Black Swan, procede volver a lo que ahora nos concierne; El “Cisne Verde”, que podemos abordar el tema con una cita de Mark Carney, ex-Gobernador del Banco de Inglaterra desde el 1 de julio de 2013 hasta el 15 de marzo de 2020 y ex presidente del Consejo de Estabilidad Financiera del G20​ hasta el 25 de noviembre de 2018, que pronunció en 2015 lo siguiente:

“El cambio climático es la tragedia del horizonte. No necesitamos un ejército de actuarios para decirnos que los impactos catastróficos del cambio climático se sentirán más allá de los horizontes tradicionales de la mayoría de los actores: imponer un costo para las generaciones futuras que la generación actual no tiene un incentivo directo para arreglar.”

Comprendamos que los hechos que acontecen en el Mundo, no sólo actual, sino históricamente, no son casuísticos, está todo correlacionado y vinculado, con una pre-programación a implementar en determinada fecha. Siempre ha sido así y siempre seguirá siendo así.

El “Cisne Verde” es uno de los acontecimientos actuales de 2019-2020 que se está desarrollando como elemento integrado de la Agenda 2030, teniendo ésta un espectro de actuación entre el 2030-2050, desarrollando sus efectos tanto durante la pandemia como en el escenario post pandemia, y que ahora pasa desapercibido para la mayoría de los ojos de la sociedad, al estar muy centrados en la Pandemia y sus efectos inmediatos.

Su consecuencia más reconocida es el establecimiento, implementación y cambio de ciclo, cuyo objetivo principal es la redireccion o reestructuración del orden económico tal y como lo conocemos hoy día, es pues la imposición de un nuevo sistema económico mundial que implicará que las reglas del juego que nos rigen VAN A CAMBIAR.

El germen de la economía se irá enfocado hacia el mal llamado CAMBIO CLIMÁTICO y LA SOSTENIBILIDAD, en otras palabras, la tendencia al “cuidado de la Tierra” y ello es debido a que, el uno por ciento que posee la mayor riqueza del mundo, han analizado y comprendido que el modelo de producción vigente hasta la fecha actual ya no es sostenible, sistema basado en la explotación de recursos naturales, crisis financieras y atentados de falsa bandera. Han analizado que no es sostenible y eso trata de trasmitirnos.

Uno de las formas más de difusión de este mensaje es, a través de personas conocidas como Greta Thumberg (la conocida niña activista ambiental) y David Mayer De Rothschild, conocido también como el “Niño Plástico”, que se define así mismo como “aventurero, conferencista y defensor del sistema sostenible” y es la imagen de una marca automovilística centrada en la energías limpias.

Para entender, debemos analizar ambos personajes; en primer lugar tenemos a Greta Thunberg, una niña que ha sido promocionada por la ONU, y se perfila a sí misma como “líder ambientalista” y es la cara de la lucha contra el “cambio climático”. La ONU le ha dado voz y voto para trasmitir un mensaje y que gradualmente vaya siendo aceptado en el mundo.

Hay que recordar que uno de los discursos de Greta tuvo lugar en un evento bajo el nombre de “CLIMATE ACTION SUMMIT 2019” donde aparecía la simbología de la Agenda 2030. Y en el cual, sus palabras textuales fueron:

Ustedes me han robado mis sueños, mi infancia, con sus palabras vacías y aún así yo soy una de las afortunadas. La gente está muriendo y nuestros ecosistemas están colapsando. Estamos al comienzo de una EXTINCIÓN MÁXIMA y ustedes sólo hablan de dinero, de cuentos de hadas de crecimiento económico. ¡Cómo se atreven!

Hoy no habrá ninguna solución o plan que respondan a estas estadísticas (sobre el cambio climático, porque estos números son muy incómodos y ustedes y si ustedes no son lo suficientes maduros para decir las cosas como son.

Ustedes nos están fallando, pero los jóvenes estamos comenzando a entender su traición. Los ojos de todas las futuras generaciones están en ustedes y, si ustedes dicen fallarnos, NUNCA LOS VAMOS A PERDONAR. NO dejaremos que se salgan con la suya. Aquí y ahora es donde marcamos el límite. El mundo está desesperado y el cambio va a venir les guste o no.

Gracias.

Usan a una menor de edad como líder de las nuevas generaciones para promocionar LOS FUTUROS IDEALES y pensamientos que Ellos (los verdaderos dirigentes del mundo) desean implementar en las generaciones del futuro y poder influir en ellas siendo así más vulnerables. Sin mencionar el incremento que ha experimentado la fortuna de esta menor con capacidad, o eso nos hacen creer, para dar discursos en la ONU.

Ahora hablemos de DAVID MAYER DE ROTHSCHILD. Hijo de Evelyn de Rothschild y miembro de la ya mencionada dinastía europea de origen judío que controla a la Corona Británica y gran parte del sistema financiero internacional.

David, fundó The Lost Explores, estudió medicina natural y en Australia empezó a editar libros EDUCATIVOS para niños. También renunció a la banca para convertirse en “ecologista”, rumbo distinto al de su familia y la Banca, siendo ésta última (BPI o BIS, como más tarde se expondrá) quién tiene gran interés en el negocio del cambio climático y narrativa apocalíptica.

Además participó y promovió en el Salón Internacional de Ginebra en 2016 el proyecto “Cisne Verde”, rodeado de empresas como el fabricante surcoreano de automóviles Hyundai Motor Company, haciéndose conocer como un apasionado de la sostenibilidad y comprometido con la reducción del impacto en el medio ambiente. En sus aventuras por el mundo, le patrocinan marcas como la firma relojera suiza IWC.

Su lema es:

No quiero que me vean de ninguna forma, quiero difundir un mensaje y hacer comprender la necesidad de hacer algo por nuestro planeta.

En definitiva se puede decir que, de la mano de estos personajes y con su rostro como marca de ventas, se avecinan cambios radicales como:

Automatización de procesos y desaparición de perfiles muy técnicos o de alto valor cualificado.
Catástrofes aparentemente naturales, pero que serán provocadas por sustancias como el grafeno y el plasma.
El plasma, material casi trasparente y todos los plasmas emiten luz, es lo que se usa para hacer hologramas. El plasma es “Materia Gaseosa Fuertemente Ionizada, con Igual Número de Cargas Eléctricas Libres Positivas y Negativas”, es el término acuñado por primera vez en 1920 por Irving Langmuir, Nobel de Química (1932),pero las bolas de plasma fueron inventadas por Nicola Telsa en 1894.
¿Es una guerra mundial,contra quién y quién la promueve?

Hablemos del BPI como antes se hizo referencia.

Oficialmente se ha realizado un documento por el Banco de Pagos Internacionales (BPI) al respecto.

¿Qué es el BPI?

Es una organización internacional financiera propiedad de numerosos Bancos Centrales con sede en Basilea (Suiza) fundado por los Acuerdos de La Haya de 1930.

Conocido como el “banco de los bancos centrales”, el BPI fomenta la cooperación financiera y monetaria internacional y sirve de referente para los bancos centrales. Los principales actores en la constitución del BPI fueron el fueron el Gobernador del Banco de Inglaterra, Montagu Norman y el alemán Hjalmar Schacht, masón y último ministro de finanzas del gobierno de Adolf Hitler.

Cuenta con dos oficinas de representación, situadas en sitios estratégicos, una en Hong Kong y otra en Ciudad de México. No tiene que justificar sus acciones ante ningún gobierno.

Después de la Primera Guerra Mundial, la necesidad de tener un banco especializado en estos temas fue sugerida por el Comité del Plan Young, un programa establecido entre 1929 y 1930, para resolver el problema de las reparaciones de guerra impuestas a Alemania mediante el Tratado de Versalles de 1919. El Plan Young sustituyó al Plan Dawes de 1924, que fijaba montos elevados de pago anual en calidad de reparaciones de guerra. En cuanto se hizo evidente que Alemania nunca podría cumplir tales compromisos por un plazo indefinido, los países vencedores de la Gran Guerra decidieron buscar otras alternativas.

El Plan Young postulaba que el total de reparaciones de guerra sumaba 26.350 millones de dólares estadounidenses a ser pagados por Alemania en un plazo de 58 años y medio, descartando los alcances del Plan Dawes que no contenía una aproximación del plazo por el cual subsistiría la deuda. La finalidad era establecer cuánto dinero pagaría Alemania como reparaciones de guerra, y por cuánto tiempo. Para ello el Plan Young dividió el pago anual alemán en fracciones de 473 millones de dólares estadounidenses. Un tercio de esta suma se pagaría incondicionalmente y el resto del pago podría postergarse hasta el año 1988. Para este financiamiento se contaba con que el gobierno de Alemania utilizara su presupuesto nacional y un impuesto sobre los transportes.

Entre otras medidas, el Plan Young fijaba que debía establecerse un “banco internacional de depósitos”, con la finalidad de manejar las transferencias internacionales de dinero surgidas de estas reparaciones, materializándose en enero de 1930.

Ahora que el cambio climático plantea nuevos desafíos a los bancos centrales, reguladores y supervisores, este plan revisa formas de abordar estos nuevos riesgos dentro del mandato de estabilidad financiera de los bancos centrales.

Sin embargo, integrando el análisis de riesgos relacionados con el clima en el monitoreo de la estabilidad financiera, supone un desafío debido a la incertidumbre radical asociada con un fenómeno físico, social y económico que está en continuo cambio e implica dinámicas complejas y reacciones en cadena. En definitiva, lo que se denomina como Riesgo tradicional retrospectivo.

Las evaluaciones y los modelos climáticos económicos existentes no tienen la capacidad de anticipar con suficiente precisión la forma en que tomarán riesgos relacionados con el clima,incluyendo lo que llamamos riesgos de “Cisne Verde”: eventos financieramente disruptivos que podrían estar detrás de la próxima crisis financiera sistémica a partir del año 2021. Los bancos centrales desempeñan una labor para evitar dicho resultado y incluso buscando mejorar su comprensión de los riesgos relacionados con el clima a través del desarrollo de un análisis prospectivo basado en escenarios.

Los Bancos Centrales no puede mitigar el cambio climático por sí solos, por lo que requiere de una acción colectiva de coordinación entre muchos actores tales como: los gobiernos, la iniciativa privada, la sociedad civil y la comunidad internacional de naciones.

Ello implica que, los bancos centrales tienen un rol que desempeñar para ayudar a coordinar las medidas que se tomarán en la “lucha contra el cambio climático”, entre las que se incluyen políticas de mitigación del clima, como lo son:

La fijación de precios del carbono
La integración de sostenibilidad en prácticas financieras y marcos contables
La búsqueda de políticas apropiadas mezclas y el desarrollo de nuevos mecanismos financieros a nivel internacional.
Nueva regulación financiera
Todas estas acciones podría tener repercusiones redistributivas significativas que deben ser manejadas adecuadamente, sin embargo, son esenciales para preservar la estabilidad financiera y de precios a largo plazo en la” nueva era del cambio climático”.

Este Banco de Pagos Internacionales, está en lo más alto de la pirámide de las políticas monetarias donde tienen influencia y poder decisorio como:

Jeff Bezos y familia
Bill Gates
Warrev Bulfett
Bernard Arnault y familia
Carlos Slim y familia
Amancio Ortega, empresario que deslocaliza las empresas a países donde la mano de obra es más barata y luego realiza donaciones. Esas donaciones no son de carácter altruista , sino que por el capital que posee goza de una menor presión fiscal al realizar donaciones.
Larry Ellison
David Mayer De Rothschiled
Mark Zuckerberg
Michael Bloombel
Laury Page
Gretta Thunberg
Blackrock
El CEO de esta última avisó en su día, antes de convertirse en el director del Banco de Inversiones más grande del mundo, que se votaría en contra del equipo directivo cuando no se progresa en la divulgación de información sobre sostenibilidad, advirtiendo que castigará a las empresas que no estén en la línea de la lucha contra el cambio climático poniendo un impuesto contra la contaminación, que finalmente repercute en el consumidor final, dado que la empresa productora trasladara esos impuestos o costes a sus productos, al consumidor final, siendo en definitiva el consumidor el que se encargue del pago de ese impuesto.

Una vez más, nos imponen algo sin que seamos capaces de percibirlos. Oficialmente se mantiene que el cambio climático es ampliamente considerado por los economistas como una externalidad que, como tal, debe abordarse a través de impuestos públicos sobre el carbono de Pigovia para internalizar las externalidades climáticas.

La economía básica del bienestar, una buena política para combatir el cambio climático requiere tal “precio” para actuar como un incentivo para reducir las emisiones del gas de efecto invernadero.

Un impuesto al carbono, por ejemplo, crea un incentivo para la economía. Agentes para reducir las emisiones cambiando a procesos de producción y patrones de consumo más eficientes. El monto de este impuesto debe reflejar lo que ya sabemos sobre el adicional a mediano y largo plazo. Otra vez “costos del cambio climático”.

Pigou (1877–1959) fue quién propuso el concepto y la solución a los problemas de externalidad mediante impuestos, una idea que es clave para la economía moderna del bienestar y para el análisis económico de los impactos ambientales. Otros instrumentos económicos para fijar el precio del carbono existen, como los sistemas de comercio de emisiones, también conocidos como sistemas de límite y comercio. A diferencia de un impuesto, donde el precio se determina antes, el precio del CO2 en un mecanismo de límite y comercio se determina posteriormente, como resultado de la oferta y la demanda de cuotas para emitir CO2

Desde la perspectiva de un economista convencional, un impuesto al carbono que refleja lo social. El costo del carbono (SCC) haría explícito el “costo oculto” de las emisiones de carbono y sería suficiente para inducir a los actores económicos a reducir las emisiones en un mundo walrasiano perfecto.

Con este marco analítico, los bancos centrales, los reguladores y los supervisores tienen poco que hacer en el proceso. de “descarbonizar el sistema económico”. De hecho, la transición necesaria sería impulsada principalmente por empresas y hogares no financieros, cuyas decisiones descentralizadas se orientarían hacia bajas emisiones de carbono.

Desde una perspectiva financiera, usar un impuesto al carbono para fijar el precio de la externalidad negativa sería suficiente para reasignar los activos de las instituciones financieras de los intensivos en carbono hacia un “capital más verde”. A lo sumo, los bancos centrales y los supervisores deben analizar cuidadosamente el mercado financiero. Imperfecciones, para garantizar la estabilidad financiera a lo largo de la transición hacia una economía baja en carbono.

Sin embargo, la opinión de que el precio del carbono es la única respuesta al cambio climático y su corolario en términos de políticas monetarias y prudenciales sufre tres limitaciones significativas, que contribuyen a pasar por alto posibles eventos de “cisne verde”.

Primero, aunque conceptualmente el precio del carbono ha sido reconocido como la primera opción para las próximas décadas, en la práctica no se ha implementado en un nivel suficiente para impulsar la reasignación de capital de Activos “marrones” (o intensivos en carbono) a “verdes” (o bajos en carbono). La realidad es que los gobiernos han fallado en actuar y continuarán haciéndolo a menos que una presión mucho más amplia de la sociedad civil y las empresas induzca un cambio significativo de la política. Dada la deficiencia actual en las respuestas de política global, solo se vuelve más probable que los impactos físicos del cambio climático afecten al sistema socioeconómico en un calentamiento rápido del mundo.

Estos llamados impactos físicos tendrán consecuencias financieras que, naturalmente, son motivo de preocupación para los banqueros. Pueden amenazar la estabilidad financiera al causar pérdidas irreversibles, ya que el capital se ve afectado por el cambio climático y, como agentes financieros, es posible que no puedan protegerse de tales choques climáticos. Estos riesgos también pueden amenazar la estabilidad de los precios al desencadenar choques de oferta en varias materias primas, que a su vez podrían generar efectos inflacionarios o incluso estanflación. También se debe tener en cuenta que los instrumentos de política tradicionales pueden ser menos efectivos para suavizar estos choques, en la medida en que se trata de choques biofísicos más o menos permanentes, en lugar de transitorios conmociones económicas.

En segundo lugar, el cambio climático no es simplemente otra falla del mercado, sino presumiblemente “el mayor fracaso del mercado que el mundo ha visto nunca”, como lo expresa el destacado economista climático Nicholas Stern. Dado el tamaño del desafío por delante, los precios del carbono pueden necesitar dispararse en un lapso de tiempo muy corto hacia niveles mucho más altos que los que prevalecen actualmente. Además, asumir riesgos e incertidumbres relacionados con el clima más serios (por ejemplo, al incluir la posibilidad de que los puntos de inflexión conduzcan a eventos catastróficos e irreversibles) debería conducir a aumentos aún más pronunciados en el SCC. Con esto en mente, la transición puede desencadenar una amplia gama de acciones no deseadas.

Consecuencias:

Las medidas de mitigación como el precio del carbono los ajustes podrían tener consecuencias distributivas dramáticas, tanto dentro de los naciones como entre estas.

Más al punto de las acciones de los banqueros centrales y supervisores, recién aplicados y más regulaciones ambientales estrictas podrían producir o reforzar fallas financieras en los mercados crediticios o reasignaciones abruptas de activos de actividades marrones a verdes motivadas por el mercado y la revaloración de riesgos y / o intentos de limitar los riesgos de reputación y litigios. Todo esto podría resultar en un “clima Minsky moment”, un endurecimiento financiero severo de las condiciones financieras para las empresas que dependen de actividades intensivas en carbono (los llamados “activos varados”), ya sea directa o indirectamente a través de sus cadenas de valor. Estos riesgos se clasifican como riesgos de transición; al igual que con los riesgos físicos, son de preocupación para los banqueros. Aquí, la “paradoja es que el éxito es el fracaso”: medidas extremadamente rápidas y ambiciosas pueden ser las más deseables desde el punto de vista del clima mitigación, pero no necesariamente desde la perspectiva de la estabilidad financiera en un horizonte a corto plazo. Abordar esta tensión requiere una amplia gama de medidas, como se analiza ampliamente en este libro.

Tercero, la falla del mercado del cambio climático es de tal magnitud que sería prudente abordarlo como algo más que una falla del mercado. Es un tema que combina, entre otras cosas, incertidumbre, riesgo, transformaciones potencialmente profundas en nuestros estilos de vida, priorizando elecciones éticas a largo plazo sobre consideraciones económicas a corto plazo y coordinación internacional para el bien común.

Las catástrofes climáticas esperadas se originan en arreglos institucionales complejos entrelazados, que podrían ser descrito como un sistema socio-técnico: “un conjunto de elementos, que incluyen tecnología, regulaciones, usuarios prácticas y mercados, significados culturales, infraestructura, redes de mantenimiento y redes de suministro”.

Dada esta inercia institucional o sociotécnica, los precios más altos del carbono por sí solos pueden no ser suficientes para conducir comportamientos individuales y el reemplazo del capital físico por parte de las empresas hacia alternativas bajas en carbono, como los libros de texto de economía sugieren. Por ejemplo, una política fiscal proactiva puede ser un primer paso esencial para construir infraestructura adecuada (por ejemplo, ferrocarriles), antes de que el precio del carbono realmente pueda llevar a los agentes a modificar sus comportamientos (por ejemplo, al cambiar de automóvil a tren). Por lo tanto, abordar el cambio climático puede requerir encontrar complejas mezclas de políticas que combinan instrumentos monetarios, prudenciales y fiscales así como muchas otras innovaciones sociale. Yendo más allá, la lucha contra el cambio climático se produce al mismo tiempo que el marco institucional global posterior a la Segunda Guerra Mundial está bajo creciente crítica. Esto significa que se requiere un nivel de coordinación internacional sin precedentes abordar la difícil economía política (internacional) del cambio climático está seriamente comprometido.

Revisando la estabilidad financiera en la era del cambio climático

Las reflexiones sobre la relación entre el cambio climático y el sistema financiero todavía son prematuras; a pesar de las raras advertencias sobre los riesgos significativos que el cambio climático podría representar para el sistema financiero, el tema fue visto principalmente como un tema marginal hasta hace unos años. Pero la situación ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos, ya que el cambio climático es potencialmente perjudicial.

Los impactos en el sistema financiero han comenzado a hacerse más evidentes, y el papel del sistema financiero en mitigar el cambio climático ha sido reconocido. Esta creciente conciencia de los riesgos financieros que plantea el cambio climático puede relacionarse con tres principales desarrollos

Primero, el Artículo 2.1 (c) del Acuerdo de París reconoció explícitamente que se necesitan “financiar flujos compatibles con un camino hacia bajas emisiones de gases de efecto invernadero y desarrollo resistente al clima”, allanando así el camino hacia una reorientación radical de la asignación de capital.

En segundo lugar, como se mencionó anteriormente, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, sugirió que posibilidad de una crisis financiera sistémica causada por eventos relacionados con el clima. Tercero, en diciembre de 2017 el la red de bancos centrales y supervisores para hacer más ecológico el sistema financiero (NGFS) fue creada por un grupo de bancos centrales y supervisores dispuestos a contribuir al desarrollo del riesgo ambiental y climático gestión en el sector financiero y movilizar las finanzas principales para apoyar la transición hacia una economía sostenible.

El NGFS reconoció rápidamente que “los riesgos relacionados con el clima son una fuente de riesgo financiero. Es por lo tanto, dentro de los mandatos de los bancos centrales y los supervisores para garantizar que el sistema financiero sea resistente a estos riesgos”. El NGFS también reconoció que estos riesgos están vinculados a capas complejas de interacciones entre los sistemas macroeconómicos discutirá ampliamente, evaluar los riesgos relacionados con el clima implica lidiar con múltiples fuerzas que interactúan entre sí, causando dinámicas, no lineales y disruptivas que pueden afectar la solvencia de empresas financieras y no financieras, así como la solvencia crediticia de hogares y soberanos.

En el peor de los casos, los bancos centrales pueden tener que enfrentar una situación en la que se les llama por sus circunscripciones locales para intervenir como rescatistas climáticos de último recurso en una nueva crisis financiera causada por los eventos del “cisne verde” que afectan severamente la salud financiera de la banca y los sectores de seguros podrían obligar a los bancos centrales a intervenir y comprar un gran conjunto de activos intensivos en carbono y / o activos afectados por impactos físicos.

Pero hay una diferencia clave entre los eventos del cisne verde y el cisne negro: desde la acumulación del CO2 atmosférico más allá de ciertos umbrales puede conducir a impactos irreversibles, las causas biofísicas de la crisis será difícil, si no imposible, de deshacer en una etapa posterior. Del mismo modo, en el caso de una crisis desencadenada por una rápida transición a una economía baja en carbono, habría poco terreno para que los bancos centrales rescaten los titulares de activos en empresas intensivas en carbono. Mientras los bancos en dificultades financieras en una crisis ordinaria pueden resolver sus problemas, esto será mucho más difícil en el caso de economías que ya no son viables por el cambio climático. Intervenir como rescatistas climáticos de último recurso podría, por lo tanto, afectar la credibilidad de los bancos y exponer crudamente la sustituibilidad limitada entre capital financiero y natural.

Dada la gravedad de estos riesgos, la incertidumbre involucrada y el conocimiento de las intervenciones de los bancos centrales tras la Gran Crisis Financiera de 2007-08, la presión sociopolítica ya es montanda para hacer de los bancos centrales (quizás de nuevo) el “único juego en la ciudad” y para sustituir todas las intervenciones gubernamentales, esta vez para combatir el cambio climático. Por ejemplo, se ha sugerido que los bancos centrales podrían participar en una “flexibilización cuantitativa verde” para resolver los complejos problemas socioeconómicos relacionados con una transición.

Depender demasiado de los bancos centrales sería erróneo por muchas razones.

Primero, puede distorsionar aún más los mercados y crear desincentivos: los instrumentos que los bancos centrales y los supervisores tienen a su disposición no pueden sustituir a las muchas áreas de las intervenciones necesarias para la transición a una economía global baja en carbono. Eso incluye el área fiscal, las autoridades reguladoras y normativas en el mundo real y financiero cuyas acciones deberían reforzar el uno al otro.

En segundo lugar, y quizás lo más importante, corre el riesgo de sobrecargar los bancos existentes. Es cierto que los mandatos pueden evolucionar, pero estos cambios y arreglos institucionales problemas muy complejos porque requieren la construcción de nuevos equilibrios sociopolíticos, reputación y credibilidad. A pesar de que los mandatos de los bancos centrales han evolucionado de vez en cuando, estos cambios han tenido lugar junto con ajustes sociopolíticos más amplios, no para reemplazarlos.

¿Están los que manejan y dirigen el mundo en la búsqueda de una solución para los problemas de la humanidad como consecuencia de la aplicación de cuarentenas y las restricciones en el comercio tanto a nivel local como internacional?

Existen personas que están planeando el futuro de la humanidad con unas ideas claras a aplicar, principalmente el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Príncipe Carlos de Inglaterra están haciendo un reseteo para la economía mundial.

Para entender lo siguiente que deseo exponer, debo hacer mención a Davos, Suiza, localidad conocida por ser la sede del Foro Económico Mundial (World Economic Forum), también llamado ‘Foro de Davos’, en el que se reúnen desde 1991 los principales líderes empresariales y líderes políticos internacionales, periodistas e intelectuales selectos, a efectos de analizar los problemas más apremiantes o urgentes que afronta el mundo, y entre ellos, la salud y el medio ambiente.

En enero de 2021, se llevará en esta ciudad una reunión organizada por el FMI llamado el “Gran Reseteo”, será tanto de forma tanto presencial como virtual, conectando tanto los líderes gubernamentales y empresariales y globales, en Davos, para un diálogo orientado hacia el futuro impulsado por las generaciones más jóvenes, de ahí del discurso de Greta Thunberg.

El FMI viene a ser un club que pone en contacto a la élite económica y política mundial, siendo su fundador miembro del Club Bilderberg, siendo uno de los grandes impulsores del globalismo y comparte con George Soros la visión de sociedad abierta del filósofo Karl Popper y que el estado soberano es algo obsoleto.

Escribe Paddy Maho para La Era de México

Fuentes y websites:

David Mayer de Rothschild website Company website: https://thelostexplorer.com/
PDF BPI/BIS website: https://www.bis.org/speeches/sp200306.htm
Green Swan effects: https://www.ecosystemmarketplace.com/articles/coronavirus-is-dangerous-but-the-green-swan-is-worse/
Website news BBC Green Swan https://www.bbc.com/mundo/noticias-53494101
Blackrock website https://www.blackrock.com/es?cid=ppc:blackrock_es:google:brand:es&gclid=Cj0KCQjws536BRDTARIsANeUZ5-rKj1iZnGf0F1A858_LDUNNlnOsQhChz-r5aQJuZDdKF5tUEVwMGEaAmg_EALw_wcB&gclsrc=aw.ds
Plan Daves: Kenwood, A.G.; A.L. Lougheed. Historia del desarrollo económico internancional. Ediciones Istmo S.A
Plan Young: “Young-Plan, 1929/30-1932” por Wolfgang Stäbler. Historisches Lexikon Bayerns, Bayerische Staatsbibliothek. Munich
Tratados de la Haya https://books.googleusercontent.com/books/content?req=AKW5QaeWVFYi_GiNzpmw_Q66mIlLrvkzoahYb-BC7pSxgTE9LXepnB6CQ-0aCtoK2_SG2HyJL_ZOlxTDDpFAstpcdICUPXrIIjPo0Jgr2IG1kTvnXQzd82_yaqzChXDw4VzTfZX6P1AR5oAN35vKteSzrfJlPOwBLzs3uGRpAga7mM3WOwSMyZeD180OwgbK9HI9AgRB0G4piME0kwFQuqMo3qMhJs4XxQx4uG5mvdpSk6gH9A-82zTkvGM-1MZIXDIu8vim9c3ahsyOmQzg5cZ8jCzXskDUZYyuFXVzqpSsapUtqD9UMQ4

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  RE-SONATOR FROM BEYOND 1986 ZOMBIFICACIÓN INTERDIMENSIONAL POR RADIOFRECUENCIA